De vez en cuando te encuentras en la prensa con la noticia de que un pesquero se ha hundido tras chocar contra “algo” en alta mar, o de que un velero que da la vuelta al mundo ha perdido la quilla tras un impacto con un ofni en medio del océano.
El resultado de estos accidentes suele ser en muchos casos la pérdida del barco. Lamentablemente, a veces también se cobran vidas humanas.
Se denomina “ofni” a los “objetos flotantes no identificados”. Hay
mucha basura flotando en el mar, y además están los troncos árboles flotantes,
así como grandes cetáceos durmiendo. En las regiones polares también te puedes
encontrar icebergs a la deriva, así como glowers (hielos menores flotando entre
dos aguas) que son más difíciles de apreciar.
Muchos de esos ofnis no tienen un origen en la actividad
humana (cetáceos, hielos), y se hace imposible su control.
Sin embargo, es sabido que cada año caen al mar desde los barcos
portacontenedores más de 10.000 contenedores marítimos. La mayoría de estos
contenedores son de acero corten, pesan hasta 32 toneladas y disponen de 8
agudas esquinas.
No hay nada más peligroso con lo que chocarse en el mar: una esquina
de acero respaldada por 32.000 kgs.
Una ballena no es de acero ni tiene esas aristas.
Un tronco flotante no pesa 32 toneladas.
Un glower no te lo sueles encontrar en Cabo Verde o en el Cantábrico.
¿Y por qué flotan los contenedores? Pues porque los volúmenes
exteriores de los contenedores son mayores que sus pesos máximos autorizados.
Un contenedor de 40
pies high cube tiene un volumen de 85 m3 y su peso máximo autorizado es de sólo 32,5 Tn. Es decir: para hundirse debería pesar 86 Tn, y no llega ni a 33 Tn, por lo que flota sin remedio. El caso de los contenedores de 20 pies es algo menos llamativo, pero ocurre lo mismo: el volumen exterior es de 38 m3 y pesa un máximo de 32 Tn: le "faltan" 6 Tn de peso para hundirse. Y como los contenedores son muy estancos al agua, pueden estar meses o años flotando sin control.
Es por ello que desde hace casi 60 años en que comenzó a usarse el
contenedor marítimo, han venido ocurriendo fatales accidentes.
En esos mismos 60 años las medidas de seguridad en automóviles,
aviones, edificios, túneles o ascensores, han crecido de modo vertiginoso. Los
hombres hemos sabido y hemos querido protegernos a nosotros mismos de los
peligros que entraña la velocidad (en un coche), la altura (en un ascensor) o el
aislamiento (en un tunel).
En algunos paises el tema de la seguridad es casi enfermizo. No hay
aparato eléctrico por sencillo y básico que sea, que no venga acompañado de
diez páginas de normas de seguridad. Se llega al absurdo de leer que no debes
sumergir en agua el secador de pelo o la tostadora. Me imagino que las
compañías pondrán todas esas advertencias para que nadie pueda reclamarles en
caso de electrocución por secarse el pelo metido en la bañera.
Todo esto está muy bien pero… ¿qué medidas de seguridad tiene un
contenedor, para el caso de que caiga al mar y se pierda?
Ninguna. Absurdo, pero así es.
Hay cientos de millones de contenedores sobre las cubiertas de los
barcos, navegando constantemente por todos los mares del mundo, y resulta que todos
los años unos miles de ellos (no vamos a discutir si son 4.000, 10.000 o
15.000) caen al mar, y quedan flotando bastante tiempo… y resulta que no hay
contemplada NINGUNA MEDIDA para evitar el peligro que eso supone para los
pequeños y medianos barcos de pesca y recreo.
Pues yo lo veo muy absurdo, porque ¿tan difícil es evitar ese peligro?
¿Es acaso muy costoso?
No. No lo es. Lo que hace falta es una voluntad de cambio, unas medidas obligatorias y una puesta al día de ese elemental medio de trasporte que es el container.
Muy interesante tu lectura y tus conclusiones.
ResponderEliminarEn base a la poca probabilidad, no se hacen la mitad de las cosas que se deberían hacer y como ejemplo, ahí están muchas de las enfermedades a las que no se procura una investigación.
Ha sido muy agradable y didáctica tu lectura.
Un saludo